Conciencia y Alineación Antes de las Metas del Nuevo Año

Por: Francisco Rosales

Conciencia y Alineación Antes de las Metas del Nuevo Año - Dara

El ruido de enero empieza en diciembre

Cada diciembre ocurre lo mismo.

Empiezan a aparecer listas, metas, planes, intenciones.

“Ahora sí.”
“El próximo año va a ser distinto.”
“Esta vez lo tengo claro.”

Y, sin embargo, muchas personas —clientes y coaches por igual— llegan al final del año cansadas, no claras. Saturadas, no vacías. Con una sensación difusa de que algo no terminó de acomodarse.

Desde el coaching, vale la pena detenerse y cuestionar una suposición muy arraigada:

¿Y si el problema no es que no sabemos fijar metas,
sino que estamos intentando avanzar sin haber creado espacio primero?

Antes de hablar de objetivos, el coaching invita a algo menos popular, pero mucho más transformador: 

abrir espacio y soltar.

El error común: usar las metas para no sentir

En nuestra cultura, las metas suelen cumplir una función silenciosa:
nos ayudan a no detenernos.

Sirven para no sentir frustración, para no mirar lo que no funcionó, para no quedarnos demasiado tiempo en la incomodidad.

“Si me organizo mejor, esto se va a ordenar.”
“En enero empiezo de nuevo.”
“Ahora sí voy a tener claridad.”

Desde fuera, suena motivador.

Desde la práctica del coaching, muchas veces es una forma elegante de evasión.

Cuando las metas aparecen demasiado rápido, suelen nacer del cansancio, no de la claridad. Y cuando el coach acompaña ese impulso sin cuestionarlo, corre el riesgo de colaborar con la prisa en lugar de con el proceso.

Qué significa “soltar” desde el coaching (y qué no)

“Soltar” es una palabra muy usada… y muy mal entendida.

Desde el coaching profesional, soltar no es:

  • pensar positivo
  • minimizar lo que dolió
  • cerrar ciclos a la fuerza
  • decir “ya pasó” cuando no pasó

Soltar sí es:

  • reconocer lo que ya no sostiene
  • dejar de cargar expectativas que no se cumplieron
  • liberar identidades que ya no encajan
  • soltar ritmos que se volvieron insostenibles
  • aceptar que algo quedó inconcluso

Soltar no acelera el proceso.

Lo limpia.

Y aquí es donde el Método Dara nos ofrece un marco claro y útil.

Abrir espacio antes de avanzar: Conciencia y Alineación

En el Método de Coaching Dara, este momento previo a las metas no es accidental. Es totalmente  intencional.

La Fase 1: Conciencia invita a ver con honestidad qué está vivo, qué pesa y qué ya no sostiene.

No para cambiarlo todavía, sino para reconocerlo sin empujarlo.

En esta fase, “soltar” no significa actuar, sino dejar de cargar: expectativas, narrativas, exigencias internas…

versiones de uno mismo que ya cumplieron su función.

Solo después aparece la Fase 2: Alineación.

Es el momento en que lo que la persona piensa, siente y valora empieza a ordenarse internamente.

No porque alguien lo fuerce, sino porque el espacio lo permite.

Desde ahí, la claridad no se fabrica. Emerge.

Cuando estas dos fases se respetan, el proceso de cambio deja de sentirse forzado y empieza a sentirse coherente.

Lo que muchos clientes llegan cargando a fin de año

Desde la práctica de coaching, diciembre no es solo una fecha.

Es un estado interno.

Algunos patrones frecuentes en clientes en esta época:

  • metas no cumplidas que se viven como fracaso
  • versiones de sí mismos que ya no quieren sostener
  • exigencias heredadas que siguen operando por inercia
  • cansancio crónico disfrazado de “falta de disciplina”
  • presión por tener claridad cuando aún no hay espacio

Si esto no se nombra, las metas de enero nacen sobre un terreno saturado.

No porque las metas sean el problema, sino porque no hay Conciencia ni Alineación suficientes para sostenerlas.

El rol del coach antes de hablar de objetivos

Aquí es donde el coaching se diferencia radicalmente del discurso motivacional.

El rol del coach no es empujar claridad ni traducir todo en acción de inmediato. Muchas veces, el rol del coach es sostener el espacio antes de que la claridad aparezca.

Eso requiere:

  • tolerar la incertidumbre
  • no llenar el silencio con soluciones
  • no apresurar decisiones por incomodidad propia
  • confiar en que el cliente no está “atrasado”, sino procesando

Desde esta mirada, soltar no es un paso previo opcional.
Es una condición ética para acompañar bien.

A veces, la intervención más profesional no es ayudar a avanzar,
sino permitir que algo termine.

Preguntas que abren espacio (en lugar de cerrarlo con metas)

Antes de preguntar “¿qué quieres lograr el próximo año?”, el coaching puede abrir otro tipo de conversación.

Preguntas que no buscan respuestas rápidas, sino Conciencia:

  • ¿Qué ya no quieres seguir cargando contigo?
  • ¿Qué expectativa sigues sosteniendo por inercia?
  • ¿Qué versión de ti ya cumplió su función?
  • ¿Qué sigues intentando “arreglar” cuando quizá necesita ser soltado?

Estas preguntas no generan acción inmediata.
Generan honestidad.

Y sin honestidad, ninguna meta se sostiene.

Cuando las metas dejan de ser un “deber más”

Cuando las metas nacen sin Conciencia ni Alineación, suelen sentirse como otra exigencia añadida a una vida ya saturada.

En cambio, cuando emergen desde un espacio claro y coherente, dejan de ser un “deber” y se convierten en una expresión natural de lo que realmente importa.

En el Método Dara, la acción (Fase 3: Activación) no es el punto de partida.

Es una consecuencia.

Y la visión (Fase 4) no es una fantasía futura, sino una dirección que cobra sentido porque el terreno interno ya fue preparado.

Soltar también es una forma de cierre

Otro malentendido común de fin de año es creer que todo debe cerrarse con respuestas claras.

Desde el coaching sabemos que

  • cierre no siempre significa resolución
  • cierre no siempre significa conclusiones
  • cierre puede ser simplemente reconocimiento

Reconocer que algo fue importante.
Reconocer que algo dolió.
Reconocer que algo no funcionó como esperábamos.

No todo ciclo se cierra con una conclusión.
Algunos se cierran cuando dejamos de insistir.

Ese tipo de cierre crea espacio real para lo que viene después.

Enero puede esperar

El coaching no trabaja con la prisa cultural, sino con ritmo humano.

Antes de llenar enero de objetivos, hábitos y planes, vale la pena —como coach y como persona— hacerse una pausa y preguntarse:

¿Qué necesita ser soltado para que algo nuevo tenga lugar?

La claridad no siempre llega cuando empujamos.
Muchas veces llega cuando dejamos de cargar.

Una invitación para coaches (y futuros coaches)

Si acompañas procesos de cambio, este momento del año es una oportunidad poderosa:

  • para no repetir fórmulas vacías
  • para no confundir acción con avance
  • para honrar Conciencia y Alineación antes de Activación

Porque antes de preguntarle a un cliente qué quiere lograr,
quizá valga la pena preguntarse
qué ya está listo para dejar atrás.

¿Quieres aprender a sostener este tipo de procesos?

En Dara, formamos coaches que aprenden a trabajar no solo con metas y acción, sino con las fases previas que las hacen sostenibles: Conciencia y Alineación.

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Francisco Rosales

Francisco Rosales

Co-fundador y CMO en Dara. Instructor y consultor de negocios y marketing en Los Angeles, California. Creador de cursos en linea.

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