La diferencia entre escuchar y sostener espacio: una guía para coaches

Por: Francisco Rosales

La diferencia entre escuchar y sostener espacio: una guía para coaches

Introducción: Por qué no basta con saber escuchar

Como coach, probablemente has dedicado cientos de horas a perfeccionar tu capacidad de escucha.

Has aprendido técnicas de escucha activa y quizá también has cometido algunos de los errores más comunes al escuchar, sabes cómo parafrasear con maestría y reconoces las emociones que emergen en tus sesiones. Sin embargo, hay algo más profundo que transforma una buena conversación de coaching en una experiencia verdaderamente transformadora.

Ese “algo” se llama sostener espacio (o holding space, en inglés), y representa un nivel de presencia que va más allá de simplemente captar lo que el cliente dice. sostener espacio es el arte de crear un contenedor seguro, emocional y energético donde tu cliente puede pensar, sentir, procesar y transformarse sin juicio ni dirección externa.

La diferencia entre escuchar y sostener espacio marca la línea entre un coach técnicamente competente y un coach que facilita procesos profundos de transformación. En este artículo exploraremos qué es sostener espacio, en qué se diferencia de la escucha, y cómo puedes integrar ambas habilidades en tus sesiones de coaching para generar un impacto más significativo.

Qué significa realmente “escuchar” en coaching

Escucha como habilidad fundamental

La escucha es, sin duda, el pilar sobre el que se construye cualquier práctica de coaching efectiva. Pero no toda escucha es igual. Existe una diferencia crucial entre la escucha activa —esa técnica que nos enseñan en las certificaciones— y la escucha profunda que nos conecta auténticamente con el otro.

La escucha activa implica un conjunto de técnicas cognitivas que incluyen:

  • Parafrasear lo que el cliente acaba de decir para confirmar comprensión
  • Clarificar conceptos ambiguos mediante preguntas específicas
  • Reflejar el contenido que has captado de manera organizada
  • Identificar emociones presentes en el discurso del cliente

Todas estas técnicas tienen un propósito común: captar información, comprender el relato del cliente e interpretar lo que está comunicando. Son herramientas indispensables que demuestran atención, interés genuino y compromiso con el proceso.

Límites de la escucha cuando se practica sola

Sin embargo, cuando nos enfocamos exclusivamente en escuchar —incluso si lo hacemos magistralmente— podemos caer en algunas trampas sutiles:

El modo “hacer” sobre el modo “estar”: Cuando estamos muy enfocados en aplicar técnicas de escucha, podemos quedarnos atrapados en el hacer: en formular la siguiente pregunta poderosa, en identificar patrones, en dirigir la conversación hacia algún lugar “productivo”. Esta orientación hacia la acción puede impedir que simplemente estemos presentes con lo que emerge.

Lo verbal sin lo energético: La escucha tradicional se centra principalmente en las palabras, pero hay dimensiones emocionales, somáticas y energéticas que quedan fuera de su alcance. El cliente puede estar diciendo algo con palabras mientras su cuerpo comunica algo totalmente diferente.

La ilusión de acompañamiento: Puedes escuchar perfectamente cada palabra que dice tu cliente y aun así, esa persona puede no sentirse verdaderamente vista, acompañada o segura para explorar territorios vulnerables. Escuchar no garantiza automáticamente que se cree el espacio necesario para la transformación profunda.

¿Qué significa “sostener espacio”? (Holding Space)

Definición general

El concepto de holding space (sostener espacio) proviene de diversas tradiciones terapéuticas y de acompañamiento. En esencia, sostener espacio significa crear un contenedor emocional, cognitivo y energético donde la otra persona puede explorar libremente sin juicio, dirección o imposición de significado.

No se trata de guiar al cliente hacia donde tú crees que debe ir. No se trata de controlar el proceso ni de interpretar lo que está viviendo. Se trata de acompañar desde la presencia plena, la aceptación incondicional y una apertura genuina a lo que sea que necesite emerger.

sostener espacio es un acto de profunda confianza: confías en que tu cliente tiene la capacidad de encontrar sus propias respuestas, de transitar sus propias emociones, de descubrir su propio camino. Tu rol como coach no es ser el experto que resuelve, sino el guardián que sostiene la estructura mientras el cliente explora.

Componentes clave de sostener espacio

Neutralidad compasiva: Permites que la persona experimente exactamente lo que necesita experimentar, sin intentar cambiar, arreglar o acelerar su proceso. Es una neutralidad que no es indiferencia, sino compasión profunda.

Presencia plena: Estás completamente presente con el otro, sin la urgencia de resolver, sin agenda oculta, sin distracciones internas. Tu atención es total y tu energía está completamente disponible para el cliente.

Regulación emocional del coach: Cuando aparecen emociones intensas, confusión o vulnerabilidad, tú mantienes tu centro. No te llevas el espacio con tus propias reacciones, inquietudes o necesidades. Eres el ancla que permite que el cliente navegue aguas turbulentas.

Permiso y expansión: Das permiso implícito y explícito para que la conversación se profundice, para que emerjan emociones difíciles, para que aparezca el silencio. No hay prisa. El proceso puede expandirse tanto como necesite.

Empoderamiento: Confías genuinamente en la capacidad del cliente para encontrar sus propias respuestas. Esta confianza se transmite de manera sutil pero poderosa, y el cliente la siente.

Lo que no es sostener espacio

Para entender mejor qué es sostener espacio, es útil aclarar qué no es:

No es mediar, rescatar, aconsejar ni interpretar. Tu rol no es solucionar los problemas del cliente ni darle tu interpretación de lo que le pasa.

No es un vacío. sostener espacio no significa desaparecer o ser pasivo. Es un “estar” profundamente activo, aunque silencioso.

No es falta de estructura. sostener espacio no implica dejar que la sesión se convierta en caos. Mantienes la estructura del proceso de coaching, pero sin controlar lo que emerge dentro de ese contenedor.

Escuchar vs. sostener espacio: Diferencias clave

Nivel de profundidad

Escuchar capta contenido: Cuando escuchas, estás atento a las palabras, las ideas, las historias que el cliente comparte. Captas información.

Sostener espacio sostiene el proceso: Cuando sostienes un espacio, no solo captas contenido, sino que sostienes el proceso mismo de exploración. Acompañas cómo se despliega la experiencia del cliente en tiempo real.

Foco

Escuchar: Tu atención está puesta en lo que la persona dice —los hechos, las circunstancias, los detalles de su situación.

Sostener espacio: Tu atención está puesta en cómo la persona está siendo en este momento y qué está emergiendo —su energía, su estado emocional, lo que aparece en el espacio entre ambos.

Relación con el silencio

Escuchar: El silencio es principalmente una pausa para no interrumpir, para dar tiempo al cliente a organizar sus pensamientos.

Sostener espacio: El silencio se convierte en una herramienta activa de expansión y sostén. Es en el silencio donde muchas veces ocurren las revelaciones más profundas.

Rol del Coach

Escuchar: Tu rol es activo, atento, técnico. Aplicas herramientas, haces preguntas, mantienes el enfoque.

Sostener espacio: Tu rol es presente, abierto, receptivo, emocionalmente regulado. No intervienes, sino que acompañas.

Impacto en el cliente

Escuchar: El cliente se siente comprendido. Sabe que lo has entendido.

Sostener espacio: El cliente se siente seguro, acompañado y capaz de profundizar. Siente que puede ser vulnerable, confundido, emocional, sin que eso sea un problema.

Ejemplos prácticos: cómo se ven en una sesión

Cuando el coach solo escucha

Imagina esta escena: el cliente comparte una situación compleja en su trabajo. El coach escucha atentamente, parafrasea con precisión, hace preguntas clarificadoras y guía la conversación hacia posibles acciones.

La sesión tiene estructura, el cliente responde a las preguntas, se exploran opciones. Todo es correcto desde el punto de vista técnico.

Sin embargo, hay algo que no se toca: la emoción subyacente, el miedo no dicho, la vulnerabilidad que el cliente no se atreve a mostrar porque la conversación se ha mantenido en un nivel cognitivo y orientado a soluciones.

El cliente sale con claridad mental, pero sin haber explorado la dimensión emocional que realmente necesitaba procesar.

Cuando el coach sostiene un espacio

Ahora imagina la misma situación, pero con un enfoque diferente. El cliente comparte su problema laboral y, en lugar de saltar inmediatamente a preguntas, el coach hace una pausa. Observa.

“Noto que cuando hablas de esa reunión, tu respiración cambia. ¿Qué estás sintiendo ahora mismo?”

Silencio. El coach no lo llena. Simplemente sostiene el espacio, presente y atento.

El cliente conecta con una emoción que no había reconocido: frustración, decepción, incluso dolor. El coach no intenta arreglarlo, no ofrece soluciones rápidas. Simplemente permanece presente mientras el cliente explora esa emoción.

“Está bien sentir eso. Tómate tu tiempo.”

Más silencio. Más presencia. El cliente comienza a conectar esa emoción con patrones más profundos de su vida. La conversación se vuelve transformadora porque el coach sostuvo el espacio necesario para que esa exploración ocurriera.

Cómo desarrollar la habilidad de sostener espacio (Guía práctica)

Cultivar presencia auténtica

Antes de cada sesión, tómate unos minutos para centrarte. Algunas prácticas útiles incluyen:

  • Grounding (conexión con tierra): Siente tus pies en el suelo, tu cuerpo en la silla. Ancla tu presencia en el aquí y ahora.
  • Respiración consciente: Respira profundamente para regular tu sistema nervioso. Tres respiraciones largas pueden hacer una diferencia enorme.
  • Intención clara: Repite internamente: “Estoy aquí para acompañar, no para dirigir. Confío en el proceso de esta persona.”

Trabajar el no-juicio

El juicio es uno de los mayores obstáculos para sostener espacio auténtico. Practica:

  • Suspender interpretaciones: Nota cuando tu mente quiere etiquetar lo que está pasando como “bueno” o “malo”, “correcto” o “incorrecto”.
  • Soltar tu agenda: Elimina la necesidad de llevar la sesión hacia donde tú crees que debe ir.
  • Dejar de “arreglar”: Reconoce tu impulso de solucionar los problemas del cliente y conscientemente suéltalo.

Dominar el arte del silencio

El silencio es una de las herramientas más poderosas —y más difíciles de dominar— en el coaching:

  • Da tiempo generoso: Cuando hagas una pregunta profunda, permite pausas largas. Resiste el impulso de llenar el espacio.
  • Distingue tipos de silencio: Aprende a diferenciar entre el silencio de reflexión (que debe respetarse) y el silencio de confusión (que puede necesitar apoyo).
  • Usa el silencio como sostén: A veces, tu silencio presente dice más que mil palabras. Es una forma de decir: “Estoy aquí. Puedes tomarte tu tiempo.”

Sintonizar con el cuerpo

La información más valiosa muchas veces no está en las palabras, sino en el cuerpo:

  • Observa señales somáticas: Cambios en la postura, en la respiración, en el tono de voz, en la tensión muscular.
  • Atiende la energía: ¿Cuándo aumenta la energía en la sesión? ¿Cuándo disminuye? ¿Qué temas hacen que el cliente se expanda o se contraiga?
  • Escucha con tu cuerpo entero: No solo con tus oídos. Sintoniza con lo que tu propio cuerpo percibe en la presencia del cliente.

Confiar en el proceso

La confianza es la base de sostener espacio:

  • Permite el ritmo del cliente: No todos procesan a la misma velocidad. Algunos necesitan ir despacio.
  • No adelantes conclusiones: Aunque veas patrones claros, permite que el cliente llegue a sus propias revelaciones.
  • Sostén emociones difíciles: Cuando aparecen tristeza, enojo, miedo o frustración, no intentes cambiarlas rápidamente. Confía en que el cliente puede transitar esas emociones con tu acompañamiento.

Cuándo escuchar es suficiente… y cuándo es necesario sostener espacio

Escuchar es suficiente cuando…

  • El cliente necesita claridad cognitiva, organizar ideas o estructurar pensamientos dispersos.
  • La conversación es de naturaleza técnica o práctica, por ejemplo, una llamada de descubrimiento de coaching, planificación de acciones, seguimiento de objetivos.
  • El cliente busca retroalimentación específica o validación de un enfoque.
  • El trabajo es principalmente estratégico: toma de decisiones basada en información y opciones.

Sostener espacio es esencial cuando…

  • Hay emociones profundas emergiendo: tristeza, enojo, vulnerabilidad, confusión emocional.
  • El cliente está explorando territorios altamente vulnerables de su experiencia.
  • La conversación toca temas de identidad, propósito, valores o sentido de vida.
  • El cliente está atravesando una crisis o transición significativa.
  • Aparecen silencios naturales, pausas largas, o el cliente dice “no sé” repetidamente —señales de que está en un proceso de exploración interna.
  • Se hace evidente que el cliente necesita conectar con algo más profundo que el nivel cognitivo o estratégico.

Cómo integrar ambas habilidades en tu práctica de coaching

La maestría en coaching no consiste en elegir entre escuchar o sostener espacio, sino en saber cuándo aplicar cada habilidad y cómo fluir entre ambas.

Escuchar como base técnica: La escucha activa proporciona la estructura y la técnica. Es tu caja de herramientas profesional que te permite captar información, hacer seguimiento y mantener el enfoque.

Sostener espacio como base relacional: sostener espacio proporciona la profundidad relacional. Es lo que crea la confianza necesaria para que ocurran transformaciones reales.

Fluir según lo que pide la sesión: Una sesión de coaching efectiva alterna entre ambos modos:

  • Al inicio: Escucha para entender el tema, el contexto, lo que el cliente trae.
  • En la exploración: Sostén el espacio cuando aparezcan emociones, vulnerabilidad o confusión.
  • En la síntesis: Vuelve a escuchar activamente para ayudar al cliente a integrar insights y definir acciones.
  • En el cierre: Sostén el espacio para que el cliente registre internamente lo vivido en la sesión.

Ejemplo de integración:

Un cliente llega hablando rápidamente sobre un conflicto laboral (escuchas activamente, recoges información). De repente, su voz se quiebra y aparece emoción (sostienes el espacio, permites el silencio, acompañas la emoción). Después de procesar la emoción, el cliente necesita claridad sobre qué hacer (vuelves a escuchar y a usar preguntas estratégicas). Al final, el cliente tiene un insight importante sobre un patrón de conducta (sostienes el espacio para que ese insight se asiente).

Conclusión: El arte de estar con el cliente

Escuchar es necesario. Es la base, la habilidad fundamental sin la cual el coaching no puede existir. Pero sostener espacio es lo que transforma una sesión de coaching en una experiencia profunda de acompañamiento y cambio real.

Los coaches más impactantes no son necesariamente los que hacen las preguntas más brillantes o los que tienen las técnicas más sofisticadas. Son aquellos que saben cómo estar verdaderamente presentes, cómo crear un contenedor seguro donde el cliente puede ser vulnerable, confundido, emocional, y a través de eso, encontrar su propia verdad.

Cuando sostienes un espacio, no solo escuchas las palabras de tu cliente. Sostienes su proceso completo: sus emociones, sus contradicciones, sus silencios, sus revelaciones. Le das permiso para ser plenamente humano en tu presencia, y ese permiso es uno de los regalos más poderosos que un coach puede ofrecer.

La próxima vez que estés en sesión y sientas el impulso de hacer otra pregunta, llenar un silencio o dirigir la conversación hacia algún lugar “productivo”, haz una pausa. Respira. Pregúntate: ¿Qué necesita esta persona ahora mismo? ¿Más escucha técnica, o un espacio sostenido donde pueda simplemente ser?

La respuesta transformará tu práctica de coaching.

Te invito a experimentar con sostener espacio en tu próxima sesión. Observa qué ocurre cuando resistes el impulso de hacer y simplemente permaneces presente. Confía en el proceso de tu cliente. Sostén el espacio. Y observa cómo, en ese espacio sostenido, emerge la magia de la transformación real.

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Francisco Rosales

Francisco Rosales

Co-fundador y CMO en Dara. Instructor y consultor de negocios y marketing en Los Angeles, California. Creador de cursos en linea.

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